Victorious, Cancer Victor Written by Doreene Clement
Victorious By Doreene Clement www.the5yearjournal.com info@the5yearjournal.com “There it is again.” I muttered to myself, frustrated as I washed my arm. Every morning for five or six days in fall of 2003, I noticed rust-colored sticky stuff appearing on my left forearm and thigh. Finally, to my shock and horror, I discovered that rust-colored sticky stuff was easily dripping from my left nipple. In disbelief, I collapsed into my bedroom chair, swirling with a mix of grief and fear. I stared at blank white wall, feeling vacant, distant, disconnected from what I´d just seen. I called my doctor and was told this was not an emergency, but did need immediate attention. It could be cancer. After an exam, breast cancer specialist made an appointment for a mammogram and ultrasound. They took two sets of two x-rays on each breast and a third x-ray of a specific area of my right breast. In ultrasound I could see area of my right breast where they’d done extra mammogram. There was a dark mass. After biopsy on my right breast, I was diagnosed with infiltrating ductile carcinoma, a rare, aggressive, deadly cancer that metastasize to bones and lungs. Next is death. I had symptoms of both bone and lung cancer. The ultrasound of my left breast showed a trail of little beads, masses from my underarm to my nipple. “This couldn’t be good,” I thought. These masses rubbed against ducts, causing bleeding and discharge. That was rust-colored sticky stuff. My left breast was diagnosed with a rare duct disease. My oncologist felt that I also had cancer in this breast. She was deeply concerned, and wanted to immediately remove mass in my right breast and cut off 1/3 or more of my left breast.
| | Victoriosos - Spanish VersionWritten by Doreene Clement
Victoriosos By Doreene Clement www.the5yearjournal.com info@the5yearjournal.com "Ahí está otra vez." Me susurro a mi misma, frustrada como lavándome las manos. Cada mañana, durante cinco o seis días del otoño del 2003, noté que aparecía un material pegajoso del color de la orina sobre mi antebrazo y muslo. Finalmente, para mi angustia y horror, descubrí que ese material pegajoso goteaba fácilmente de mi pezón izquierdo. Al no poder creerlo, me desplome sobre la silla de mi habitación, con un remolino de sentimientos producto de la mezcla entre mi pena y temor. Me quedé mirando fijamente la pared blanca, sintiéndome vacía, distante, desconectada de lo que acababa de ver. Llamé a mi médico y le dije que no era una emergencia, pero que necesitaba atención inmediata. Que se podía tratar de Cáncer. Después de examinarme, los especialistas en cáncer de mama me solicitaron estudios de mamografía y ultrasonido. Se me realizaron dos sesiones tomándome dos placas de rayos x de cada mama y una tercera placa de rayos x de un área específica de mi mama derecha. En el estudio de ultrasonido pude ver el área de mi mama derecha donde realizaron la placa extra de mamografía. Había una masa oscura. Después de la biopsia de mi mama derecha, me diagnosticaron carcinoma dúctil infiltrante de mama, un raro, agresivo y mortal cáncer productor de metástasis en los huesos y pulmones. Yo tenía los síntomas de metástasis en ambos lugares. El ultrasonido de mi mama izquierda mostró una estela de pequeñas gotas, masas desde mi axila hasta el pezón. “Esto no puede ser bueno”, pensé. Estas masas rozaban contra los conductos, produciendo sangrado y el drenaje del material pegajoso del color de la orina. Mi mama izquierda fue diagnosticada de una enfermedad rara de los conductos. Mi oncóloga creyó que yo también tenía cáncer en esta mama. Ella quedó profundamente preocupada, y quiso remover inmediatamente la masa de mi mama derecha, y extirpar un tercio o más de mi mama izquierda.
|